Cuperosis y lesiones vasculares
La cuperosis es la proliferación y dilatación de los vasos superficiales de la piel de la cara. El resultado es un cambio de coloración de la tez así como un incremento visible de la vascularización cutánea. Habitualmente, la cuperosis representa el estadio inicial de la rosácea, una enfermedad inflamatoria de la piel que puede además cursar con otras lesiones sobreañadidas. El paciente con cuperosis puede notar desde un mínimo enrojecimiento de la cara localizado principalmente en mejillas y mentón hasta la presencia de un gran número de lesiones vasculares visibles a simple vista. Es además típico el “flushing”, la sensación de quemazón o calor desencadenada con los cambios de temperatura o las comidas picantes.
La poiquilodermia reticulada de Civatte es una alteración benigna de la piel del lateral de la cara y cuello que cursa con hiperpigmentación, aumento de vascularización, atrofia y zonas hipopigmentadas. Es una enfermedad típica de mujeres de mediana edad que cursa de forma progresiva y que tiene difícil tratamiento.
Los angiomas seniles son tumores cutáneos benignos que aparecen en individuos de edad media o avanzada y que suelen aumentar en tamaño y número con el tiempo.
En Lidia Pérez dermatólogos empleamos diferentes tipos de luz láser (longitud de onda 532/1064 nm) para el tratamiento de estas patologías y lesiones. Disponemos de la que se considera la plataforma de láser vascular más avanzada del momento, el equipo Cutera Excel V (más información). Para el tratamiento de la rojez difusa y del flushing contamos con el láser Cutera Génesis (más información).
¿En qué consiste el tratamiento?
El procedimiento se estructura en un mínimo de 3 sesiones en función de las zonas a tratar. Únicamente puede ser necesaria la aplicación de anestésico tópico una hora antes del tratamiento. Después del procedimiento el paciente puede realizar una vida normal teniendo en cuenta que en la mayoría de las ocasiones presentará cierto grado de enrojecimiento e hinchazón.