La alopecia areata es uno de los tipos más frecuentes de alopecia. Afecta a aproximadamente el 2% de la población en algún momento de su vida, especialmente a pacientes jóvenes.

En la mayoría de los casos se afecta el cuero cabelludo, pero pueden afectarse otras zonas pilosas como las cejas, las pestañas o la barba en varones.

Causa de la alopecia areata

Aunque en su desarrollo influyen otros factores ambientales (especialmente el estrés) y las particularidades genéticas de cada individuo (en hasta un 20% de los casos existen antecedentes familiares), en esencia es una enfermedad autoinmune en la que de forma anómala algunas células del sistema inmunitario (principalmente linfocitos T) detienen la fase anágena del folículo.

Manifestaciones clínicas de la alopecia areata

De forma más o menos brusca suelen aparecer una o más zonas sin pelo, que presentan pilotracción positiva  en la periferia (se desprende cabello al tirar).

En función de la extensión se distinguen formas en placa única, multifocal, total, universal, ofiásica, sisaifo o difusa, entre otras.

Aproximadamente un 30% de los pacientes pueden presentar otras alteraciones:

  • oculares: opacidades corneales;
  • enfermedades autoinmunes: hasta un 30% de pacientes pueden desarrollar alguna enfermedad autoinmune como  enfermedades tiroideas o vitíligo;
  • alteraciones ungueales: piqueteado ungueal, coiloniquia, onicomadesis,…

Tratamiento de la alopecia areata

El tratamiento de la enfermedad debe individualizarse y se plantea en función de la extensión:

  • las formas leves pueden tratarse inicialmente con fármacos tópicos: corticoides potentes, inmunomoduladores, minoxidil;
  • las formas extensas requerirán un abordaje generalmente combinado que incluya fármacos como los corticoides orales, el minoxidil oral, metotrexato, ciclosporina, azatioprina, inmunoterapia de contacto (difenciprona), fotoquimioterapia con UVA,  …