La alopecia androgenética o androgénica es la forma más frecuente de alopecia. Aproximadamente afecta al 80% de varones y al 40% de mujeres a lo largo de su vida.
¿Cuál es la causa de la alopecia androgenética?
No tiene una causa concreta y específica, pero en su desarrollo influyen factores genéticos (en función de los genes implicados, los pacientes pueden desarrollar diferentes grados de afectación) y hormonales.
En aquellos pacientes con predisposición genética, localmente en el cuero cabelludo los andrógenos condicionan una progresiva miniaturización de los folículos pilosos y acortan su fase anagen. Así, en cada ciclo folicular y de forma repetida a lo largo de años, el cabello se vuelve más fino y más corto hasta que desaparece.
¿Cómo se manifiesta la alopecia androgenética?
Los pacientes que padecen este tipo de alopecia aprecian que cada vez tienen menos densidad de pelo y que se «ven más la piel de la cabeza», especialmente en las zonas frontal y parietales (lo que suele quedar cubierto por una gorra). Además, pueden comenzar a apreciar que tienen el cabello más graso y en ocasiones pueden notar un cambio de textura del cabello (áspero).
¿Cómo se trata la alopecia androgenética?
Los tratamientos de referencia para esta enfermedad han sido de forma tradicional el minoxidil por vía tópica y la finasterida por vía oral. Sin embargo, en los últimos años se han observado mejores resultados con minoxidil por vía oral y dutasterida oral o infiltrada (en inyecciones en el cuero cabelludo).
Otros alternativas que pueden resultar de ayuda aunque su eficacia es menor que la de los fármacos anteriores son el plasma rico en plaquetas, el microneedling o el láser de baja potencia.
En aquellos pacientes que hayan perdido una densidad importante de cabello y ya no sea posible su recuperación con tratamiento farmacológico, cabe la posibilidad de considerar un injerto (trasplante o implante) capilar o sistemas de prótesis capilares como el sistema FAS.
Con tratamiento adecuado realizado a tiempo, muchos pacientes pueden recuperar una densidad considerable de cabello y evitar tener que considerar un implante o trasplante capilar.